Patronio le respondió con una historia sobre un hombre que un día se encontró a un joven que le ofreció 20 lingotes de oro sin ningún coste ya que vió que tenía hambre y vestía trapos viejos, con la condición de no decir de donde los recibió. Él se llevó los lingotes e intentó venderlos, pero los comerciantes, conociendo la pobre situación económica del hombre, sospecharon de él. Él no podía decir de donde los sacó, y fue detenido por las autoridades por robo.
Lucanor aprendió que por muy perfecto que parezca algo, pueda haber algo de maldad escondida y decidió seguir con su vida sin ser concedido ningún deseo.
Bien, pero faltan los versos finales.
ResponderEliminarFernando.