viernes, 24 de enero de 2020

David L. El conde Lucanor.

Lucanor acudió a Patronio tras recibir una oferta irrechazable. Sería concedido cualquier deseo que él tuviera por un hombre que se encontró casualmente. Lucanor pensó que debería aceptar, ya que en el caso de que este hombre sea un simple mentiroso, Lucanor se quedaría igual, y en el caso de que no lo sea, podría tener cualquier cosa que quiera. Sin embargo, acudió a Patronio, sabiendo lo sabio que es.

Patronio le respondió con una historia sobre un hombre que un día se encontró a un joven que le ofreció 20 lingotes de oro sin ningún coste ya que vió que tenía hambre y vestía trapos viejos, con la condición  de no decir de donde los recibió. Él se llevó los lingotes e intentó venderlos, pero los comerciantes, conociendo la pobre situación económica del hombre, sospecharon de él. Él no podía decir de donde los sacó, y fue detenido por las autoridades por robo.

Lucanor aprendió que por muy perfecto que parezca algo, pueda haber algo de maldad escondida y decidió seguir con su vida sin ser concedido ningún deseo.

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